Episodio 78
← Capítulo Anterior Capítulo siguiente →
Novela
Hermana, en esta vida yo soy la reina.
Episodio 78: Diversas formas de cambiar el destino.
— “¿No es obvio lo que dirá la señora?”
A pesar de los regaños de Giada, Ariadne desestimó fríamente las objeciones de Giada. Ella simplemente miró a Giada, luego bajó la mirada hacia sus uñas como si estuviera aburrida.
— “Giada. Necesito un sitio para guardar las sobras del último baile de debut. Tengo que cusa las cosas con moderación. Como sabes, hay un montón de cosas sobrantes en esta casa. Pero mi madre compró un montón de cosas nuevas este mes.”
— “¿De qué estás hablando ahora......?”
— “Tengo entendido que la semana que viene llegará pescado en escabeche de Taranto.”
Cuando a Lucrecia se le impidió enviar dinero a la familia Rossi, tomó un desvío y comenzó a comprar especialidades locales en Taranto. Lucrecia compro especialidades de Taranto, incluido el pescado en escabeche, a un precio superior al del mercado.
— “El pescado siempre sabe mejor cuando está fresco. Seguro que Su Eminencia el Cardenal preferiría el pescado vivo al encurtido. ¿No lo crees?”
Era una amenaza de que, si se rebelaba, las payasadas de Lucrecia quedarían expuestas. Ariadne miró fijamente a Giada.
— “Ve a ver a mi madre y pregúntale si realmente es su voluntad no darme la habitación de atrás de la cocina.”
Se acercó sigilosamente y miró a Giada. Si se descubriera que lucrecia había transferido dinero de forma irregular a taranto, le diría que todo fue su culpa, pero era una presión tácita para preguntar si podría manejarlo.
Ariadne no tenia en alta estima la inteligencia de Giada, por lo que amablemente se lo explicó, verbalmente.
— “Y si esta no es la voluntad de mi madre, espero que no me molestes más con ese tipo de lio. Si vas por ahí demostrando tu lealtad sin ninguna razón, y luego tienes algo que ver, de qué te sirve la lealtad, ¿Acaso no solo causarías problemas?”
La criada, Giada, dio un paso atrás, sin saber que Ariadne actuaría tan agresivamente. Ella se quedó mirando fijamente al vacío, sin saber dónde mirar, y terminó huyendo a toda prisa.
Después de eso, sin importar lo que dijera Lucrecia, las criadas bajo su mando no volvieron a molestar a Ariadne.
Sancha saco la lengua y luego colgó un enorme candado en el cuarto trasero de la cocina, del que sólo ellas tenían llave.
— “En el pasado, uno debía calmarse y orar, pero se siente muy diferente. Señorita, echo a la criada Giada muy fácilmente.”
— “¿Acaso es todo lo que
necesitamos para estar satisfechos? Sancha, tus sueños son demasiado pequeños.”
****
No fue sólo Sancha quien dio la bienvenida al cambio de estatus de Ariadne. Arabella también acudió a la habitación de Ariadne desde el encarcelamiento de Isabella.
— “¡Ari, eres genial!”
Cuando se refería sólo a Ariadne, todavía no la llamaba ‘hermana’. Pero Arabella pronto comenzó a llamar a Ariadne por su apodo.
— “¡Yo también quiero estudiar mucho y adaptarme a las tendencias sociales para que mis padres me reconozcan como a Ari!”
Ariadne, a pesar de no tener ningún sentido propio de la moda, sin darse cuenta estaba marcando tendencia en San Carlo gracias a lo que había visto y oído en el futuro.
Ariadne tuvo éxito con el sencillo vestido de satén que usó para el baile de debut y el traje de montar a rayas que usó para la competencia de caza.
No era sólo ropa. Incluso convirtió el maquillaje de ojos redondos en tendencia en la sociedad de San Carlo este otoño. Estaba de moda que todas rellenaran la zona del triángulo bajo los ojos.
De acuerdo con las costumbres de San Carlo, a los niños que no asistían al baile de debut no se les permitía usar maquillaje, pero incluso hoy, Arabella llena de orgullo, llenó la zona del triángulo debajo de sus ojos robando los cosméticos de sus hermanas.
— “¿Cómo se te ocurren estas ideas?”
— “¿Por qué no me preguntas mejor cual es el secreto para estudiar bien la teología?”
Arabella frunció el ceño ante la pregunta de Ariadne. Arabella era una estudiante terrible.
— “¿Porque... no me gusta?”
Ariadne simplemente se río ante su respuesta tan honesta. Regañó a Arabella, golpeándose el puente de la nariz con el dedo.
— “¿Cómo puedes llegar a ser una gran persona si sólo haces lo que te gusta?”
Arabella frunció los labios. Pero Ariadne hizo lo mismo, pero no quería que Arabella estudiara teología o etiqueta.
Si hay algo más en lo que eres bueno, pero ¿porque estudiar algo que ya estudian los demás?
— “¿Qué tal si estudias un poco más composición o interpretación?”
El rostro de Arabella se iluminó, luego se volvió hosco.
— “Pero... Aunque la señorita Mancini es una intérprete decente, no es compositora. No hay ningún profesor en San Carlo que pueda enseñarme”
Ariadne respondió con gracia.
— “Puedes ir a Padua a estudiar en el extranjero.”
Padua era la ciudad universitaria donde estudiaba su hermano Hipólito. Arabella se tapó los oídos para asegurarse de que había escuchado correctamente, y cuando confirmó que era Padua, su pequeño rostro literalmente se iluminó.
— “Pero Ari, ¿la universidad de Padua acepta a las mujeres?”
Las preocupaciones de Arabella estaban bien fundadas. La Universidad de Padua enseñaba principalmente teología, derecho, contabilidad y, ocasionalmente, ciencia militar, nunca se ha admitido a una mujer.
— “La escuela de música es diferente. Esta vez, dijeron que están colaborando con el convento de Padua para crear una nueva escuela de música.”
La música se consideraba una virtud que también las mujeres debían cultivar, por lo que se animaba activamente a las damas nobles y a las esposas a tocar uno o dos instrumentos.
Además, como el gran salón aceptaba la música como parte del ritual, muchas de las monjas de familias noble que se comprometieron con el ministerio estaban bien versadas en la música.
La nueva escuela de música también se creó con el apoyo del gran salón y su convento afiliado.
— “Con tu gran talento, puedes estudiar bien en ese lugar. Qué tal si haces un portafolio y lo envías a la escuela de música.”
Arabella murió de peste negra en el año de 1123. La peste negra de ese año devastó la parte sur del reino etrusco. San Carlo, situada en el mismo centro del reino, era el límite norte.
Padua estaba situada en el punto más septentrional del reino etrusco, a una latitud tan alta que estaba casi anexa a la república de oporto. Ha estado a salvo del restrillo de la plaga en el pasado, y estará a salvo esta vez mientras no suceda nada fuera de lo normal.
Arabella era la familia de Ariadne que quedó bajo su protección. Confió en ella, necesitaba tener cuidado ya que está bajo su jurisdicción.
Ariadne planeaba salvar a Arabella de su destino, enviándola a un lugar en el cual ella no moriría.
— “¡Si!”
Arabella, sin darse cuenta de la
velocidad de su hermana, asintió vigorosamente con una cara brillante, solo
pensando en ver cosas nuevas en el amplio mundo y estudiar a un alto nivel.
****
— “¿Qué? ¿La escuela de música de Padua? ¡No! ¿Dónde queda ese lugar al que quieres ir?”
No todos compartían las mismas ideas sobre el futuro de Arabella. Cuando Arabella saco el tema de estudiar en el extranjero en la mesa de la familia De Mare, Lucrecia la regañó.
— “Mi hermano Hipólito también está allí...”
— “¿Acaso eres igual que Hipólito?”
Ariadne no hizo nada para impedir que Arabella le contara esta historia a Lucrecia. Sabía que esto iba hacer que se enojara, pero era una historia que tenía que salir en algún momento.
Sin embargo, la propia Arabella parecía completamente ajena a la fuerte reacción de su madre.
— “Mi hermano Hipólito estudia y yo también quiero estudiar, ¿cuál es la diferencia? Soy buena tocando instrumentos y componiendo.”
— “¡Hipólito es el hijo mayor! ¡El será el jefe de la familia en el futuro! Tú...”
Lucrecia estaba a punto de decir que ella era sólo una niña y que era la más joven y no tenía nada en especial, pero se tragó sus palabras. Era lo mínimo, Lucrecia no estaba tan enojada como para perder la razón, podía contenerse por su propia hija.
— “Y deja de hablar de tus horribles composiciones. De tan solo pensar en el accidente que causaste la última vez, me duele la cabeza”
Lucrecia se quejó, refiriéndose al incidente cuando Isabella intentó robar la canción de Arabella. Arabella no creía haber hecho nada malo, pero se encogió cuando su madre se enojó tanto.
Entonces Ariadne dio un paso adelante y se puso del lado de Arabella
— “Padre, El colegio de Padua está afiliada a un convento. No me parece mala idea que una chica valla allí por un par de años durante su infancia.”
Ariadne quería enviar a Arabella al norte antes de que la Peste Negra atacara en el año 1123.
— “Mmm.”
Sin embargo, el cardenal de Mare no parecía impresionado con la idea de enviarla a una escuela de música.
El Cardenal de Mare Responde:
— “¿Pero es realmente necesario que Arabella estudie composición?”
En cualquier caso, las virtudes de una dama noble de San Carlo en última instancia eran, la fama de pureza, el bonito rostro y su carácter obediente. Aunque talentos menores como las habilidades musicales o habilidades de canto podían despertar el interés de algún hombre por algún momento, en las últimas instancias era algo secundario.
Además, como no se trataba de una interpretación femenina, y no de una composición masculina, no se podía decir que era una inversión rentable.
Exclamó Arabella desesperada.
— “¡Realmente quiero estudiar composición!”
El deseo de Arabella fue bloqueado por la reprimenda de Lucrecia.
— “¿Cómo puede una persona vivir su vida haciendo lo que uno quiera? ¡Eso no es posible!”
Ariadne decidió apelar desde un ángulo diferente.
— “Crecer en un convento adjunto a la escuela de música a una edad temprana, sería bueno para la reputación de Arabella. ¿No va a ser evaluada como una joven que tiene una vida fiel y frugal?”
Arabella miró a Ariadne con horror. ¡Un convento! ¡No hay nada que esta chica no pueda decir!
Por otra parte, ahora parecía que el cardenal de Mare empezaba a interesarse.
— “Déjame pensarlo.”
De hecho, el cardenal de Mare tenía demasiadas hijas. Mientras el cardenal de Mare tuviera poder, puede utilizar a sus hijas como armas para futuros matrimonios políticos.
Pero en el momento en que el cardenal de Mare no las corrija, sus hijas corren el peligro de caer en una mala influencia
Si la novia era famosa o muy hermosa, recibe un dote y se casan, pero cuando las condiciones del novio y la novia son muy diferentes. Solo el novio recibe el dote.
Esta era la costumbre matrimonial del continente. La dote solía ser lo suficientemente grande como para sacudir el hogar. Si tenían varios hijos, las hijas que no encontraban a un buen cónyuge eran enviadas a un convento con una pequeña donación.
El cardenal de Mare no era inmune a las leyes del mercado matrimonial etrusco.
Tenía que administrar el inventario. Si tenía prisa, tendría que enviarla a un convento, y no había nada de malo en que ella y el convento se conocieran como ensayo.
— “No me parece una mala idea.”
— “Gracias, Padre.”
Ariadne inclinó la cabeza, fingiendo obediencia. La propia Arabella quizá piense así, pero objetivamente no fue un mal comienzo. En primer lugar, se ha concedido el permiso.
Ariadne decidió escribir la solicitud de Arabella y enviarla a la escuela de música.
Cuando llegue la carta de
aceptación de Arabella de la escuela de música, tenía pensado insistir
firmemente en que la enviaran lejos, ya que ya había sido aceptada la última
vez.
****
Mientras Arabella, con un futuro
brillante por delante, buscaba un nuevo camino profesional y trataba de
encontrar un gran avance. Lucrecia, que ya era mayor y le quedaban pocas
posibilidades, quería resolver la frustrante realidad de una manera más
tradicional.
Lucrecia se puso su túnica negra y entró con cautela a un callejón en San Carlo. El carruaje y el cochero estaban aparcado al final del callejón.
Rápidamente examinó su entorno, con los ojos sospechosos y luego se apresuró a entrar a una casa unifamiliar muy vieja y en ruinas.
El interior de la casa unifamiliar estaba oscuro y los estrechos pasillos estaban cubiertos de telarañas.
Lucrecia daba cada paso con cuidado, pero el viejo suelo de madera crujía locamente a pesar de sus cuidadosos pasos.
— “¿Hay alguien por ahí?”
Lucrecia, que tenía miedo de caminar sola, así que intentó llamar a alguien con una voz tan tranquila como la de una hormiga. Tenía tanto miedo de que la escucharan hablar fuerte, pero no podía evitarlo porque tenía miedo de seguir caminando sola.
No hubo respuesta del sirviente, pero una voz desde dentro respondió. Era la voz de una mujer de unos 40 años, con un acento muy exótico.
— “Ve más adentro, a la habitación más profunda. Así es.”
Lucrecia siguió la voz y abrió la puerta al final del pasillo, donde estaba sentada una gitana con una bola de cristal del tamaño de la cabeza de un bebé.
Estaba mirando la adivinación con varias velas de manteca de cerdo baratas encendidas. Cuando Lucrecia entro a la habitación, mostró sus dientes negros y sonrió alegremente.
— “Ha llegado un invitado distinguido.”
La gitana dejó una carta de tarot que sostenía sobre la mesa y saludó a lucrecia.
— “¿Acaso sabes quién soy?”
La gitana rio aún más fuerte ante la pregunta de Lucrecia.
— “La esposa de un sumo sacerdote, que
ha venido a una humilde casa a robar su tiempo, ¿Acaso no es una invitada
distinguida?”



Comentarios
Publicar un comentario